Originaria del sur de Italia, donde también se conoce como "a cuccumella", la CAFFETTIERA NAPOLETANA es un emblema de la tradición italiana. Preparar un café con la Napoletana es un ritual que debe seguirse con esmero y que se ha convertido en un verdadero símbolo de hospitalidad y convivencia. Está fabricada en aluminio al 99,5% con asas de baquelita antiquemaduras. El café obtenido con la cafetera Napoletana se caracteriza por un sabor intensamente aromático y un cuerpo ligero. La molienda ideal para este proceso es de media a gruesa, no fina como en las cafeteras comunes de tipo Moka. La cafetera Napoletana se compone de un depósito de agua (equipado con un asa), una unidad de filtrado compuesta a su vez por la "camisa" y la tapa del filtro, un recipiente equipado con un pitorro y un asa y, por último, una tapa. El funcionamiento es muy sencillo, el agua se vierte en el depósito hasta aproximadamente medio centímetro del pequeño orificio (situado en el depósito); el café molido se coloca en la "camisa" a la que se enrosca la tapa del filtro. Con cuidado, se introduce toda la unidad de filtrado y se encaja en el depósito de agua. Por último, se coloca el depósito de recogida, alineando las dos asas. La salida de vapor por el pequeño orificio indicará cuándo el agua ha alcanzado el punto de ebullición. Tras girar la cafetera, el agua caerá gota a gota y "percolará" sobre el café, que se acumulará en el depósito con la boquilla. El tiempo de percolación es de unos 5/6 minutos, transcurridos los cuales podrá retirar la unidad de filtro y el depósito de agua, colocar la tapa y servir el café.